Christian Marlin
Cooperativismo: descubre cómo impulsar la autosuficiencia financiera, fortaleciendo el compromiso de los socios y la autonomía de las cooperativas productivas
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Uno de los aspectos fundamentales para la conformación y éxito de una cooperativa productiva es el aporte económico inicial de los socios. Este capital no solo permite financiar el arranque de las actividades económicas, sino que también fortalece el sentido de pertenencia de los socios y la autonomía e independencia de la cooperativa, evitando ataduras con financiamientos externos que pueden venir condicionados por intereses ajenos a los socios.
El aporte inicial: una de las claves para un arranque sólido y un mayor compromiso
Hemos observado que, en las últimas décadas, la gran mayoría de las organizaciones económicas que han logrado mantenerse y consolidarse son aquellas en las que los socios han realizado aportes significativos. La experiencia demuestra que, cuando los socios invierten recursos propios en la cooperativa, desarrollan un mayor sentido de pertenencia y compromiso con la empresa. Este involucramiento directo no solo genera un mayor control sobre la gestión de la cooperativa, sino que también fomenta la responsabilidad de cada socio en la toma de decisiones y en el uso eficiente de los recursos.
Un claro ejemplo de ello es la Asociación de Pequeños Productores de Flores de Tabacundo/Pichincha (ASOPROAGRIPEDRO). En su inicio, los 20 socios, en su mayoría familias en situación económica precaria (incluyendo muchas mujeres e indígenas), decidieron realizar un aporte inicial de 500 dólares cada uno. Gracias a esta inversión, pudieron alquilar un centro de postcosecha de flores y comenzar con el proceso de exportación de rosas
Lejos de quedarse en esta primera etapa, los socios continuaron realizando aportes significativos provenientes de los excedentes generados por la exportación de sus flores a más de 12 países. Con el tiempo, estos aportes permitieron a la organización adquirir un terreno y construir un centro de acopio propio con instalaciones modernas, incluyendo una cámara de frío, oficinas y plantas de generación eléctrica. Hoy en día, cada socio tiene acumuladas aportaciones por un valor superior a los 15,000 dólares.
Este caso es un claro ejemplo de cómo el compromiso financiero de los socios impulsa el crecimiento sostenible de la organización. Al ser ellos mismos los principales inversionistas, mantienen el control total de la empresa sin depender de donantes o financistas externos que, en muchos casos, imponen condiciones que pueden ir en contra del espíritu cooperativo.
La independencia financiera: base de la autonomía cooperativa y la ruptura con el asistencialismo
Cuando una cooperativa depende exclusivamente de fondos externos, pierde su capacidad de tomar decisiones autónomas. En muchos casos, las donaciones o créditos condicionados por terceros terminan imponiendo directrices que no siempre están alineadas con las necesidades y objetivos de los socios.
Por el contrario, cuando los socios realizan aportes propios, la cooperativa puede operar con mayor independencia y estabilidad. Además, el hecho de que cada socio tenga recursos personales invertidos en la empresa genera un mayor compromiso con la buena gestión y el crecimiento de la organización. El aporte financiero no solo es un medio para iniciar las operaciones, sino también un mecanismo para fortalecer la gobernanza y la responsabilidad de los socios sobre la empresa.
Además, fomentar el autofinanciamiento de las cooperativas representa una postura clara contra las políticas públicas paternalistas y clientelistas que han dominado la región en las últimas décadas. En muchos países de América Latina, los gobiernos han promovido esquemas asistencialistas que, lejos de fortalecer la autonomía de las cooperativas, las han convertido en dependientes de subsidios estatales y programas de financiamiento que rara vez garantizan la sostenibilidad a largo plazo.
El cooperativismo debe alejarse de esta cultura de dependencia y fomentar un modelo basado en la autosuficiencia y la inversión de los propios socios. De esta manera, se generan organizaciones más sólidas, capaces de crecer sin estar sujetas a los vaivenes políticos o a decisiones burocráticas que no responden a las necesidades reales de los productores y trabajadores organizados en cooperativas.
Un patrón que se repite en toda América Latina

El caso de ASOPROAGRIPEDRO no es una excepción. En Ecuador y en toda América Latina, numerosas experiencias demuestran que existe una correlación positiva entre la cantidad de recurso aportado por los socios y la buena salud económica y empresarial de las cooperativas
Este principio ha sido validado en sectores tan diversos como la producción agrícola, el comercio, los servicios financieros y la manufactura. En cada uno de estos casos, las cooperativas que han logrado consolidarse y crecer han sido aquellas en las que los socios han entendido la importancia de invertir en su propio proyecto y han priorizado la autosostenibilidad sobre la dependencia de ayudas externas.
Un ejemplo internacional relevante es el modelo de las Cooperativas de Trabajo Asociado de la Corporación Mondragón una de las mayores cooperativas del mundo, con sede en el País Vasco español. Este grupo cooperativo cuenta con más de 80.000 socios-trabajadores y opera en sectores como industria, distribución, finanzas, agropecuario y educación. En 2022, registró una facturación de más de 11.000 millones de euros. En las más de 80 cooperativas del Grupo Mondragon cada socio para ingresar a la cooperativa debe realizar un aporte de capital de 18.000 euros . De este monto, el 20% debe ser abonado en efectivo al momento de la incorporación, mientras que el resto puede ser financiado en un plazo de tres años, mediante un descuento en la remuneración mensual del socio-trabajador
Este esquema de aporte de los socios implementados desde hace varias decadas ha permitido asegurar el compromiso financiero de los miembros y garantizar la capitalización y consolidación económica y la sostenibilidad de este modelo cooperativo mundialmente reconocido.
La necesidad de desarrollar capacidades gerenciales y administrativas
Si bien el aporte inicial de los socios es un factor clave, no es el único aspecto determinante para el éxito de una cooperativa. Para que la inversión de los socios se traduzca en un crecimiento sostenible, es fundamental contar con una gestión eficiente y una administración bien estructurada.
Por esta razón, recomendamos que desde el inicio de un emprendimiento cooperativo se haga un esfuerzo importante en el desarrollo de capacidades gerenciales y administrativas. Esto permitirá que la cooperativa alcance rápidamente su punto de equilibrio económico, asegurando la sostenibilidad de los servicios que ofrece a sus socios. Algunos ejemplos de estos servicios pueden ser:
- La comercialización de los productos de los socios en mercados nacionales e internacionales.
- La compra al por mayor de insumos y servicios para los socios, logrando economías de escala.
- La asistencia técnica y capacitación continua en procesos productivos, financieros y de gestión
Cuando se combinan un aporte financiero significativo con una administración eficiente, las probabilidades de éxito de la cooperativa aumentan considerablemente.
Rompiendo con la cultura de la dependencia
En muchos casos, la falta inicial de recursos de los socios se utiliza como justificativo para solicitar donaciones a entidades gubernamentales o agencias de cooperación. Sin embargo, la experiencia demuestra que esta estrategia no garantiza el éxito de la cooperativa. De hecho, en numerosos casos, las cooperativas que dependen de donaciones tienden a desmoronarse una vez que los fondos externos dejan de fluir.
Si los socios realmente creen en la viabilidad económica de su cooperativa y están convencidos de los beneficios que esta puede generar, el acceso al financiamiento casi siempre se puede resolver. Existen múltiples alternativas, entre ellas:
- Aportes propios de los socios, que pueden estructurarse en pagos escalonados para facilitar el acceso.
- Créditos de entidades bancarias, en condiciones favorables para asociaciones productivas.
- Pre financiamiento por parte de los clientes, a través de contratos de venta anticipada o acuerdos comerciales a largo plazo.
El compromiso financiero de los socios es, en última instancia, el mejor indicador de la viabilidad y sostenibilidad de una cooperativa.
Conclusión: la clave del éxito está en la autosuficiencia financiera
El cooperativismo es una poderosa herramienta de desarrollo económico y social, pero su éxito depende en gran medida de la capacidad de los socios para financiar y gestionar su propia empresa. La experiencia demuestra que las cooperativas más sólidas y sostenibles son aquellas en las que los socios han invertido recursos significativos desde el inicio y han asumido la responsabilidad de su crecimiento.
Es fundamental que los nuevos emprendimientos cooperativos comprendan la importancia del autofinanciamiento y se esfuercen por alcanzar rápidamente la sostenibilidad económica. Más allá del acceso a fondos externos, el verdadero motor del éxito cooperativo radica en la combinación de un fuerte compromiso financiero de los socios y una gestión empresarial eficiente.
Solo así podremos construir cooperativas productivas que no solo sobrevivan, sino que prosperen y generen bienestar para sus socios y comunidades en el largo plazo.