Por Christian Marlin
Tabla de Contenidos
El cooperativismo y la inteligencia colectiva demuestran que la sabiduría de las multitudes mejora la toma de decisiones democráticas. Descubre cómo las empresas cooperativas innovan y prosperan aplicando estos principios
Uno de los argumentos más frecuentes en contra del cooperativismo es que tomar decisiones entre muchas personas es complicado, ineficiente y, en algunos casos, caótico. Según esta perspectiva, una empresa funciona mejor cuando es administrada por unos pocos profesionales expertos en lugar de depender de la opinión de una multitud de «personas normales». Sin embargo, la evidencia muestra que la inteligencia colectiva, cuando se estructura de manera adecuada, supera las decisiones centralizadas y genera soluciones más innovadoras y eficaces.
La sabiduría de las multitudes: una teoría con impactos subestimados
El concepto de «sabiduría de las multitudes» se popularizó gracias a James Surowiecki, quien demostró que, en ciertas condiciones, los grupos de personas comunes pueden tomar decisiones más acertadas que unos pocos expertos individuales.
![](https://equidadydesarrolloeduca.org/wp-content/uploads/2025/01/adivinar-el-peso-de-un-buey-683x1024.jpg)
Un caso emblemático de esta teoría es el experimento del científico británico Francis Galton. En una feria rural al inicio del siglo XX, 787 personas participaron en un concurso para adivinar el peso de un buey. Aunque las respuestas individuales variaban ampliamente, el promedio de todas las estimaciones resultó ser de 1,197 libras, apenas una libra por debajo del peso real de 1,198 libras. Sin embargo, cuando se analizaron las estimaciones de los expertos en ganado (carniceros y ganaderos), su promedio fue significativamente menos preciso que el de la multitud en su conjunto. Este experimento demostró que, en conjunto, un grupo diverso podía hacer predicciones más precisas que cualquier experto individual.
Ejemplos modernos refuerzan esta teoría. En el programa de televisión mundialmente conocido «Quién quiere ser millonario?», los concursantes pueden pedir ayuda a un «experto» o al público del estudio. Mientras que los expertos responden correctamente el 65% de las veces, la audiencia del programa (una multitud de telespectadores) lo hace en un 91% de forma acertada, demostrando el poder de la inteligencia colectiva.
Las bolsas de valores también son un ejemplo de cómo la información agregada de miles de inversores determina el precio de “commodities” y activos financieros. En este contexto, los mercados reflejan de manera precisa el valor de los bienes basándose en el conocimiento distribuido entre miles de participantes.
Esta teoría se verifica en la inmensa mayoría de los casos siempre y cuando se aplican tres condiciones fundamentales:
- Diversidad de opiniones: Cuantas más perspectivas existan en un grupo, mayor será la riqueza de información disponible.
- Independencia de criterio: Las decisiones colectivas son más acertadas cuando los individuos opinan sin estar influenciados por la opinión mayoritaria.
- Mecanismos de agregación: Se requiere un sistema que permita consolidar las diferentes opiniones en una decisión colectiva.
Estas condiciones son precisamente las que estructuran el cooperativismo, un modelo que no solo es democrático, sino que también aprovecha el conocimiento distribuido entre sus miembros para mejorar la toma de decisiones.
Cooperativismo: Inteligencia colectiva en acción
1. Decisiones más acertadas y adaptativas
Las empresas tradicionales suelen confiar en un equipo reducido de directivos para definir su estrategia, lo que puede llevar a decisiones sesgadas o desconectadas de la realidad de los trabajadores y clientes. En cambio, en las cooperativas, la diversidad de opiniones recibidas en diferentes instancias como la Asamblea General o los comités temáticos, permite detectar oportunidades y riesgos que una sola persona o grupo reducido podría pasar por alto.
Ejemplo: En una cooperativa de caficultores, los socios participan en una Asamblea General donde, con el uso de tecnologías modernas como encuestas en línea, pueden recopilar información sobre las condiciones climáticas, el estado de los cultivos y otros factores clave. Esto permite realizar un pronóstico de cosecha calendarizado, facilitando la comercialización del producto en mercados a futuros y optimizando la planificación logística y financiera de la cooperativa.
2. Innovación impulsada por la diversidad
Las empresas cooperativas han demostrado ser altamente innovadoras porque cuentan con una base de conocimiento colectiva. En lugar de depender exclusivamente de expertos, fomentan la participación de todos sus miembros en la generación de nuevas ideas.
Ejemplo: Las cooperativas industriales de Mondragón, en el País Vasco español, ha basado su éxito en la inclusión de trabajadores en la toma de decisiones. Gracias a ello, ha desarrollado tecnologías avanzadas y nuevos modelos de negocio adaptados a las necesidades de su comunidad.
3. Resolución de problemas complejos
Cuando un problema requiere soluciones innovadoras, la diversidad de perspectivas resulta clave. Las cooperativas, al integrar a sus miembros en el análisis y solución de problemas, logran generar respuestas más creativas y viables.
Ejemplo: Una cooperativa de ahorro y crédito puede involucrar a sus socios en la creación de nuevos productos financieros adaptados a las necesidades locales, en lugar de depender exclusivamente de un equipo directivo con una visión centralizada y limitada.
4. Uso de tecnología para potenciar la inteligencia colectiva
Las plataformas digitales permiten mejorar la participación de los socios en la toma de decisiones. Encuestas, votaciones electrónicas y foros de discusión facilitan la agregación de conocimientos y la selección de las mejores propuestas.
Ejemplo: Algunas cooperativas de energía renovable utilizan aplicaciones para que sus miembros voten sobre inversiones en infraestructura, promoviendo decisiones más transparentes y democráticas.
Conclusión
La teoría de la sabiduría de las multitudes nos muestra que la inteligencia colectiva es un recurso poderoso cuando se estructura correctamente. El cooperativismo, al basarse en participación democrática y toma de decisiones colectiva, aprovecha este principio para crear organizaciones más resilientes, justas y eficientes. Frente a quienes dudan de la capacidad de «las personas normales» para gestionar empresas, la respuesta está en los resultados: las cooperativas que aplican estos principios no solo funcionan, sino que prosperan.
El futuro del trabajo y la economía podría beneficiarse enormemente de este modelo, donde el conocimiento compartido y la participación equitativa permiten a las organizaciones no solo sobrevivir, sino liderar la transformación hacia una sociedad más equitativa y sustentable.